Primero tenemos que tener en cuenta el lugar donde lo vamos a colocar: la terraza, el jardín… para saber si se trata de una zona más o menos transitada. Si se encuentra en una zona muy transitada, lo mejor es que sea un modelo de fácil recuperación para que no se pierda la forma del césped. Si tienes pensado colocarlo alrededor de la piscina, no debemos escatimar en el precio y buscar los de mejor prestación técnica. Y si tenemos mascotas, las fibras tienen que ser suaves y a la vez resistentes. La altura del césped es otro de los aspectos a tener en cuenta: si tiene que soportar mucho tránsito, no debe tener más de 20mm, si por el contrario quieres un césped para tu terraza que sea fácil de limpiar, su altura debe estar entre 20 y 40mm.
Además, si quieres que sea duradero no debes elegir un modelo muy fino y si quieres que sea lo más realista posible, tendremos que comprar un césped que mezcle tonos verdes, marrones y beige.
Las ventajas del césped artificial con respecto al natural son muy variadas. En primer lugar, que se puede instalar sobre cualquier tipo de superficie. Su coste se amortiza en apenas dos años y no supone ningún gasto de agua. No requiere ningún abono ni producto químico. Es ignífugo, por lo que no propaga el fuego. A pesar de todas estas ventajas, si queremos que el césped sea útil durante mucho tiempo, debemos mantenerlo y cuidarlo.